Un pensamiento agridulce ...
El Mar, ¡ay! la mar salá ...
Como el Agua que regresa después de haber serpenteado por la maravilla, por lugares limpios y alegres desde su renacimiento en el manantial y también por terrenos inhóspitos donde dejó su sustancia y su pureza; vuelve a su origen, la mar.
Llena de remordimientos se enfrenta cara a cara con su desembocadura, con ansia pero con temor por sus debilidades y faltas, pensando : Oh Mar, gran señor y origen de toda mi vida y mis alegrías, perdóname por mi prisa desmedida y mi bravura en montañas agrestes, también por haberme remansado en tierras llanas, pues tuve el espejismo de creer que podría haber remontado mi ribera y colocar mis pies en ése otro mundo seco llamado tierra, ¡ vana ilusión, cuando mi inexorable destino siempre será volver a tí !. Perdóname, pues en mi afán de dar mi alegria a quien sólo a veces lo merece, sólo he conseguido contaminar mi esencia y arrastrar conmigo las inmundicias que a tí deberían ser ajenas. Me he desgastado inutilmente en una ilusión ...
El Mar, animando al Agua en éste último paso de regreso al hogar le dijo : Ven a casa, pues en mi grandeza te lavaré de faltas, destruiré tus impurezas y te daré la paz entre tus otras hermanas que antes que tú a mí volvieron.
Lo más importante es que has vuelto, te perdono por tu afán y tu perseverancia por llegar a mí, bienvenida Agua.
Ramón Climent .
El Mar, ¡ay! la mar salá ...
Como el Agua que regresa después de haber serpenteado por la maravilla, por lugares limpios y alegres desde su renacimiento en el manantial y también por terrenos inhóspitos donde dejó su sustancia y su pureza; vuelve a su origen, la mar.
Llena de remordimientos se enfrenta cara a cara con su desembocadura, con ansia pero con temor por sus debilidades y faltas, pensando : Oh Mar, gran señor y origen de toda mi vida y mis alegrías, perdóname por mi prisa desmedida y mi bravura en montañas agrestes, también por haberme remansado en tierras llanas, pues tuve el espejismo de creer que podría haber remontado mi ribera y colocar mis pies en ése otro mundo seco llamado tierra, ¡ vana ilusión, cuando mi inexorable destino siempre será volver a tí !. Perdóname, pues en mi afán de dar mi alegria a quien sólo a veces lo merece, sólo he conseguido contaminar mi esencia y arrastrar conmigo las inmundicias que a tí deberían ser ajenas. Me he desgastado inutilmente en una ilusión ...
El Mar, animando al Agua en éste último paso de regreso al hogar le dijo : Ven a casa, pues en mi grandeza te lavaré de faltas, destruiré tus impurezas y te daré la paz entre tus otras hermanas que antes que tú a mí volvieron.
Lo más importante es que has vuelto, te perdono por tu afán y tu perseverancia por llegar a mí, bienvenida Agua.
Ramón Climent .